miércoles, 16 de julio de 2008

Los 18 años ¿Comienzo de una nueva etapa?


Cumplir 18 años implica cambios. Aunque los jóvenes cada vez tienen más cotas de autonomía años antes de haber cumplido esta edad (tradicionalmente ligada a una mayor libertad por parte de los padres), cuestiones como el derecho al voto y a ser votado, la obtención del permiso de conducir, la titularidad de un negocio y el acceso a empleos públicos, peligrosos o con horario nocturno sólo pueden hacerse efectivas con la llegada a esta etapa. Pero ¿cómo lo viven los jóvenes? El profesor Fernando Jiménez, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento psicológicos de la Universidad de Salamanca, asegura que el joven vive este paso a la mayoría de edad, coincidente en la mayoría del los casos con una nueva etapa universitaria, cuando sale del contexto familiar: los estudios en la universidad, nueva vida, nuevos compañeros en residencia, piso, autonomía propia, nuevas responsabilidades y, todo ello, lejos del control familiar. A su juicio, todos estos cambios no son fáciles de afrontar, por lo que subraya que el joven puede llegar a vivirlos "con preocupación, con incertidumbre y con cierta ansiedad ante los fracasos".
En general, la mayoría de edad ha perdido el significado que tenía. Si cumplir 18 años era sinónimo de 'ser mayor', ahora esta condición parece adquirirse mucho antes. "Prácticamente se ha perdido esa idea de que los 18 años son un sinónimo de mayor libertad. Los jóvenes tienen ahora más libertad desde que ellos mismos tienen la conciencia de que la poseen y dicen hacer 'lo que desean y quieren', se sienten así desde principios de la adolescencia. La coincidencia con los 18 años no es más que un puro azar", dice Jiménez. Hasta hace algunos años, las familias celebraban la nueva edad con la 'puesta de largo' de las chicas y con discursos sobre la importancia de la responsabilidad en el caso de los chicos, unas costumbres que prácticamente han desaparecido hoy en día, cuando los padres aún tratan a sus hijos e hijas como si fueran 'el niño' o 'la niña'. Según Jiménez, "los padres intentan solucionarles todo tipo de problemas hasta que salen de casa para vivir en pareja, estudiar o trabajar, que es cuando toman conciencia de ser responsables y comienzan a ser mayores".


La actitud de los padres y madres hacia quienes se encuentran en este periodo debe ser la de unos amigos que les escuchan, hablan con ellos y se sientan a comentar los problemas e interrogantes que les plantea esta etapa. "Los padres deben estar atentos a los 'olores' que despiden ciertas preguntas, reacciones o comportamientos de sus hijos, porque cuando esto no es así, cada uno elegirá lo que más le apetece para alimentarse, sin saber si esto es bueno, malo o insulso", reflexiona Jiménez a través de esta metáfora. No se debe confundir, eso sí, la amistad entre padres e hijos con la condescendencia, hay que saber poner límites y discernir cuándo, bajo el pretexto de la libertad que se le presupone a cada edad, los hijos piden a sus progenitores cosas "impensables" en ciertos momentos y circunstancias. "Los límites deben estar claros", sentencia el profesor.

Cumplir 18 años es el premio más grande que puede existir para todo aquel menor de 17. Y es que muchos tuvimos que hacer una espera de más o menos… dieciocho largos años para sentir que se había dejado de ser un niño. ¿Alguno de ustedes llegó a decir: “cuando tenga 18, podré hacer lo que yo quiera”?
¿Eres mayor o menor de edad?

Según el portal de Derecho Civil y Social de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (http://www.themis.umich.mx/) , la mayoría de edad es un estado civil, donde la persona adquiere plena independencia al extinguirse la patria potestad y, por tanto, la plena capacidad de obrar. La mayoría de edad se adquiere a los 18 años, salvo en aquellos casos especiales en los que la persona es declarada incapaz.
Por otra parte, en el mismo site se define como minoría de edad, a un estado civil que se caracteriza por la sumisión y dependencia del menor a las personas que ostentan sobre él la patria potestad, sus padres o sus tutores, al considerarse que el menor no tiene la suficiente capacidad de entendimiento.
cuando los dieciocho nos llegan

Cuando somos adolescentes, pero aún no llegamos a una edad legal para ser considerados adultos, lo peor del mundo es que nos hagan sentir como niños; dependiendo de tu estilo de vida, te niegan la entrada a los antros, a comprar alcohol, cigarros y demás cosas que sólo los mayores pueden hacer. Pero cuando llegamos al “día cero” y cumplimos 18, parece que no hay nada que pueda detenernos, al menos que llegue alguien mucho más adulto y nos recuerde que aún somos unos ‘mocos verdes’.
La mayoría de edad trae consigo beneficios, pero de la misma manera obligaciones. En el caso de los hombres, el famoso y tradicional “Servicio Militar” hace su aparición. ¿Alguno de ustedes sufrió por la bola blanca y la negra?
La psicóloga Tania Bistraían, de la Universidad Tecnológica de México, comenta que para los jóvenes, que son todavía considerados menores de edad, la palabra “adulto” puede provocar la sensación de libertad, a veces confundida con libertinaje. Y es que a los 18 se puede no estar listo para adquirir el rol de adultos, pero la emoción y el paradigma generalizado entre los adolescentes, se ve frenado por los padres su dependencia económica y emocional.
Alejandra Jiménez estudia el sexto semestre de la prepa, está próxima a cumplir 18 años y nos cuenta lo que siente previo a ese día: “Es algo que estaba esperando desde hace mucho y por fin estoy a días de que se cumpla. Estoy feliz, pero a la vez sé que adquiero más responsabilidades y también más libertades en muchos aspectos, tendré que aprender a cuidarme, controlar mis impulsos si no quiero sufrir consecuencias. Lo que más me emociona de esta nueva etapa, es que estoy próxima a convertirme en toda una universitaria.”
Luz del Alba, estudia la universidad y tiene 21 años de edad, señala: “Pues la verdad, me sentí como libre y emocionada porque al fin iba a sacar mi credencial de elector. La emoción que sentí fue así como liberada, no sé de qué pero eso recuerdo, eso sí me sentía súper grande, gran error , no sabía lo que se acercaba, más responsabilidades y obligaciones.”
Pero no para todos cumplir la mayoría de edad es lo más importante. Javier García de 16 años dice que no se siente completamente preparado para cumplir los 18, porque sabe que eso implica muchas responsabilidad y no las quiere aún en su vida.
Algunos errores al cumplir la mayoría de edad

Llegar a la mayoría de edad no simboliza una completa madurez y responsabilidad al nivel de los ‘adultos-adultos’. La madurez no la dan en automático los años, si no la experiencia. La psicóloga Bistraín argumenta: “Muchas veces, no nos damos cuenta de la importancia y responsabilidad que trae consigo ser mayor de edad. Se nos hace fácil pensar que con esa edad vamos a ser independientes y que ya no se nos tiene que tratar como niños”.
Ser adulto antes de tiempo

Israel Álvarez tiene 24 años y, a diferencia de muchos otros jóvenes, no esperaba con ansias llegar a los 18 para que la gente lo considerara como un adulto: “Recién cumplí los 17 y tuve un tropiezo. Embaracé a mi novia, tuve que volverme mayor de edad y jugar el papel de adulto mucho antes de lo que la ley lo permite, ¡ni qué decir de mi físico!”
Para Israel, el mayor de sus problemas fue que perdió el apoyo de sus padres y olvidarse de sus sueños de terminar la prepa y convertirse en contador público.
Y, tú, ¿eres de los que esperó con ansia el ser mayor de edad o también te convertiste en adulto antes de tiempo? Cuéntanos…